Los vampiros llegan, te lamen, te chupan, te muerden, te besan... y se llevan tu alma. Y no te enteras sino hasta que la vecina no te pela, tu chava no se deja, tu perro te des-conoce cuando llegas noche y los gatos se erizan cuando te acercas.
Entonces, un día tu chava se deja, y sientes un calorcito nuevo; y ella te dice: “estás muy frío, ¿por dónde andabas?”. Tú contestas: “es que salí sin chamarra”, mientras la abrazas para absorber calor.Después de un rato ella te dice: “ahí muere...”, se faja la camisa y se abrocha el cinturón. Entonces se pone tu chamarra y dice que tiene frío. Tú te sientes sucio, como si hubieras hecho algo malo.Como si hubieras robado su alma. Juan Luis Gutiérrez
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